La actividad crece más del 5% gracias a energía, automóviles y electrodomésticos, el mayor avance en lo que va de año.

BILBAO – Varios eslabones de la industria vasca viven momentos muy difíciles. La Naval, el grupo CEL o Edesa Industrial encaran meses decisivos y de su supervivencia dependerá en gran medida que la cadena resista firme. Pero de momento el conjunto del sector sigue dejando números positivos, en el caso de agosto con una mejoría significativa respecto a la primera parte del verano. El aumento interanual de la producción industrial en ese mes, superior al 5%, es el más pronunciado en lo que va de año y sitúa el crecimiento de la actividad por encima de los registros de 2016.

Aun es pronto para anticipar hasta dónde se irá la mejoría del conjunto del ejercicio, más aun cuando hay media docena de grandes plantas productivas en la cuerda floja que pueden condicionar el futuro de muchas pymes. Pero hasta agosto se mantiene el ritmo de crucero, con un acelerón en el octavo mes del año que permite dejar atrás los frenazos de junio y julio, cuando la actividad creció un 1%.

La buena dinámica de la energía sitúa a Bizkaia, siempre condicionada por la salud de Petronor, como el herrialde con un mayor avance de la producción en agosto, el 5,6%, mientras que Gipuzkoa queda en la media de la CAV y en Araba la actividad mejora algo más del 4%. En lo que va de año las diferencias son mucho más pronunciadas. El territorio vizcaino registra un incremento de la actividad industrial del 4,2% mientras en Gipuzkoa no alcanza el 1% y Araba queda en la media de Euskadi (2,5%).

Con un avance interanual del 5,1% en agosto, según datos hechos públicos ayer por Eustat, en lo que va de año el sector crece el 2,5%, un registro que permite mantener el nivel de la primera parte del año y continuar por encima del crecimiento de 2016. El pasado año concluyó con un incremento de la actividad industrial del 2,3% tras producirse un claro frenazo en el tramo final del ejercicio, mientras que en 2015 la actividad mejoró un 3,5% confirmando la salida de la recesión.

El buen dato de agosto, el mejor en este mes desde 2014 y que permite encadenar 13 meses en positivo, llega de la mano de la energía y los plásticos y cauchos, aunque el metal, el corazón de la industria, avanza también más del 10%. Casi todos los ámbitos por destino de los bienes tienen un comportamiento favorable. Además de la energía presentan un fuerte repunte los bienes de consumo duradero como automóviles o electrodomésticos y también los bienes intermedios -materias primas y otros materiales destinados a la producción-. El consumo no duradero y sobre todo los bienes de equipo retroceden en agosto en relación al mismo mes del pasado año.

El motor industrial vasco deja así buenas sensaciones a las puertas del otoño, en el que tendrán que irse resolviendo, para bien o para mal, las incertidumbres que planean sobre algunas grandes compañías. Uno de los casos más mediáticos es el de La Naval, que entra hoy formalmente en concurso de acreedores y a la que le espera una dura maratón para evitar el cierre. En el astillero trabajan 200 personas pero de las empresas subcontratadas dependen casi 2.000, lo que da una idea de su efecto tractor.

Algo parecido ocurre, a menor escala, con el resto de grandes fábricas en crisis, por lo que de su supervivencia depende el que la industria pueda mantener el acelerón del mes de agosto y acercarse a la tasa de crecimiento del 3% a final de año. Como La Naval, el grupo CEL sigue a la espera de que un inversor formalice una oferta mientras que en el caso de Edesa Industrial se está negociando una reestructuración que permita la supervivencia. El cierre anunciado de General Electric en Ortuella es un caso típico de deslocalización cuya resolución favorable para Euskadi es más compleja.

Aun así, como destaca el Gobierno vasco son muchas más las empresas industriales que van bien que las que atraviesan por dificultades, lo que explica los buenos datos macro. La previsión de Lakua es que la economía vasca cierre el año con un crecimiento muy próximo al 3% y no parece disparatado pensar que el sector industrial pueda acercarse a ese nivel. Y es que el empleo y el consumo, que mantienen la buena línea, también retroalimentan a la actividad de la industria.

Fuente de la Noticia: www.deia.com