Riojano pero afincado en Bilbao desde hace casi medio siglo, García Lizaranzu está convencido de que el futuro de la economía vasca es industrial.

BILBAO– El Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Bizkaia acaba de celebrar un 60 aniversario coincidiendo con los 75 años de vida de la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial, la histórica Peritos. El decano del Colegio, también profesor de la Escuela, hace un repaso por la actualidad de una profesión que ha tenido que adaptarse a un nuevo modelo industrial.

La industria ha perdido peso en la economía vasca, ¿se nota en la vocación de los jóvenes? ¿Hay menos estudiantes de ingeniería industrial?

-En nuestra Escuela se ha mantenido siempre la media de estudiantes porque hay una masa crítica en Bilbao y Bizkaia para suministrar estudiantes. Algunas facultades cercanas, Logroño o Vitoria, tienen problemas de estudiantes, pero la de Donostia y la de Bilbao, nunca han tenido problema de alumnos, aunque lamentablemente sí de alumnas. En Bilbao ha sido tradicionalmente necesario poner límites. Un año en el que no se puso, la escuela llegó a tener 3.500 alumnos. Hay una vocación industrial, masa crítica y nuestra facultad tiene buena fama en la sociedad y las empresas.

Ese reconocimiento se forjó de la mano del empuje industrial.

-Cuando yo vine aquí en los años 70 había trabajo en todos los sitios. Otro tipo de trabajo: la industria pesada de la Babcock, La Naval, Altos Hornos, Echevarría… Todo el mundo trabajaba. Esto ha cambiado, ha evolucionado y la industria se ha adaptado y existe otro tipo de industria.

Y la escuela se ha tenido que adaptar a su vez a esos cambios.

-Sí, pero las especialidades de la profesión siguen siendo las mismas tanto en industriales como en ingeniería técnica industrial. Electricidad, electrónica, mecánica… No ha variado mucho. Han aparecido nuevos grados, como tecnología medioambientales o energía renovables y algunos no tienen muchos alumnos. A la hora de adaptarse a las necesidades, la universidad pública tiene bastante inercia y la industria va más rápido. Pero para eso están precisamente los colegios. No se aprende el oficio en la escuela, el oficio se aprende trabajando. Las escuelas son academicistas, por eso es importante la labor del Colegio. Estamos dando cursos de industria 4.0, big data, manufacturing…, cosas profesionalizantes, de oficio.

Incluso entrando en el campo de la medicina.

-Sí, en el campo de la biosalud, en el del tratamiento precoz de parkinson. Tenemos un curso con biocruces, con la academia de las ciencias. No es máster, porque los máster oficiales, igual que los ciclos, los da la universidad, no el colegio. Aquí damos formación profesional, cursos subvencionados al 100% por el Departamento de Empleo de la Diputación de Bizkaia. Por cierto, cursos subvencionados al 100% por primera vez en 60 años. Y hemos pasado con nota la experiencia, de tal manera que este año vamos a tener otra vez este foro de biomedicinas y biocruces. Tenemos una ilusión tremenda.

¿Son este tipo de cursos un puente entre la carrera y la profesión?

-Exactamente. Es que cuando los chaveles salen del último curso hay un momento de orfandaz. Se preguntan qué máster deben hacer. Yo les digo que me consulten, porque hay que mirar costes. Los precios de la pública son bastante decentes y los másters son bastante buenos. Además, la Escuela da un amplio abanico, pero hay otros másters que son unos sacaperras, así de claro. Hay universidades privadas on line, con títulos oficiales, pero pagas y te dan el título sin más. La Universidad pública sigue siendo honrada.

¿A quién van dirigidos esos cursos puente?

-No tenemos una tasa de desempleo muy alta entre los colegiados. Tendremos poco más de cien colegiados sin trabajo, pero puede haber mil y pico que quieren cambiar de trabajo. Los cursos van dirigidos a los parados y los que están trabajando en un tipo de trabajo que no es exactamente el suyo. Se dice que faltan 20.000 ingenieros en el Estado, mentira. Hay un grado de colocación interesante, la tasa de paro será de un 5%. No somos médicos, que no tienen paro, pero estamos bien.

¿Los alumnos saben que tienen expectativas de colocarse, pero no saben en qué puesto?

-Estos ingenieros son generalistas. No son como los de los grados en energías renovables. Los ingenieros eléctricos, electrónicos o mecánicos tienen una suma de conocimientos que les permite hacer todo tipo de proyectos, desde la instalación eléctrica de una nave industrial hasta la estructura mecánica del Guggenheim o los servicios de ingeniería de un puente. La ingeniería industrial, la de siempre, sigue vendiendo en Bizkaia y Gipuzkoa y en el resto del Estado. Esos grados nuevos que han puesto tienen un encaje más difícil,

¿Y cuál es la rama con mejor salida?

-Los ingenieros mecánicos sin duda. Hay 140 plazas y las solitudes superan cada año las 400. Es un perfil válido sobre todo para la industria auxiliar del automóvil, las grandes multinacionales. La pequeña y mediana empresa, que antes era industria auxiliar de Altos Hornos, ahora está girando en torno a la automoción. Y en general, en las ofertas de empleo se piden ingenieros de producción, aunque lo que contratan es un ingeniero mecánico.

¿Hay expectativas de que se pueda reforzar el futuro industrial de Euskadi?

-Yo estoy seguro de que en Bizkaia se va a mantener y se va a incluso aumentar. Se va a llegar al grado de industrialización que se tenía. Se ha avanzado los últimos años en servicios, que es todo un signo. Cuando llegué a Bilbao era horroroso, contaminado, pero había trabajo nada más que te bajabas del autobús. Había trabajo, posibilidad de estudiar, lo que quisieras y bien remunerado. Ahora Bilbao está más bonito. Los servicios está clarísimo que son una maravilla, no hay contaminación de altos hornos, pero lo del trabajo no está tan fácil y está peor remunerado. Esa es la realidad, para nuestros colegiados también. Nuestros colegiados de 60 años o 70 años jubilados están mejor a nivel retributivo que los que empiezan.

¿Están mejor cobrando una pensión que los que empiezan a trabajar?

-Sí, eso seguro, y sin tener que ser jubilado de Iberdrola. Es así. Esto sí que nos duele, porque lo normal sería que no fuera así ahora que los chavales estudian todos y que tienen mejores niveles, pero la retribución de los egresados es menor. Eso al colegio le duele. Algunos ganan tan poco que les cobramos la cuota como si estuvieran en paro.

¿Cómo se puede mejorar esa situación?

-Como dicen los políticos, con empleo de calidad. Yo tengo muchísimo respeto a los empresarios, a las empresas, sean multinacionales o locales, que crean puestos de trabajo. Vivimos del valor añadido. Hasta en el campo si haces de las uvas vino. Un valor añadido que deja un rastro de impuestos y crea dinero. A los empresarios yo les tengo mucho respeto. Respeto a todo aquel que tiene el valor de emprender y jugársela. Ellos tienen la palabra. Aquí ha habido siempre buen caldo de cultivo empresarial. Bizkaia es todavía una isla interesante en el norte, yo sí que confío en que esto cambie. No se cuál es la llave ni la solución, pero creo que está sobre todo en manos de los empresarios. Que la materia prima, los chavales, siga siendo buena depende de ello.

¿Se trata de un problema heredado de la crisis? ¿La recuperación ha cambiado la situación? Tendrá que cambiar en algún momento, ¿no?

-Tendrá que cambiar, me imagino, pero incluso en algunas empresas buenas, que están muy bien, están comentado que va a haber alguna bajada el próximo año. Ese es un poquito el lastre que hay, que los empleos no están tan bien remunerados como hace diez años. Ha habido un bajón.

Si el empresario quiere atraer talento tendrá que moverse.

-Sí, desde luego. Hay una cosas nueva los últimos años. Las prácticas en empresas y muchos chicos se quedan, se facilita el acceso al empleo. Casi la totalidad de los alumnos participa y hay muchas llamadas de empresas, que han pasado de casi no colocar a ninguno a apostar por esa opción. Sí tienen que coger a uno seleccionan a cinco, porque la mejor forma de ver cómo funciona es trabajando con él e incluirlo en el equipo. No esperaba que las empresas fueran a cooperar tanto. Lo mismo ocurre en Formación Profesional.

¿Las prácticas dinamizan las contrataciones?

-Para las carreras nuestras más que la bolsa de trabajo, que también tenemos en el Colegio y que filtramos para que no sean trabajos basura y para que el puesto esté bien definido.

las claves

  • “En los años 70 había trabajo en todos los sitios en la industria pesada, ahora el sector ha evolucionado”
  • “Nuestros colegiados jubilados están mejor a nivel retributivo que los chavales que empiezan a trabajar”
  • “Tengo mucho respeto por los empresarios y la solución a los salarios bajos está sobre todo en sus manos”
  • “El oficio no se aprende en la facultad, sino trabajando y por eso son importantes los cursos de este Colegio”
  • “Las prácticas de los estudiantes en las empresas ha facilitado el acceso de los jóvenes al empleo”

Fuente de la noticia: www.deia.es