Profesores y alumnos del primer grado universitario dual en Industria Digital están seguros de lograr una empleabilidad del 100%
En Arriaga, Vitoria, hay una fábrica llena de alumnos y aulas llenas de «trabajadores». Con la idea de que la teoría y la práctica se llevan mejor juntas, la Universidad de Deusto y Egibide están celebrando el primer trimestre del primer grado universitario de Industria Digital. La institución académica de los Jesuitas y el centro surgido de la unión de Diocesanas y Jesús Obrero han montado una fábrica digital en las instalaciones que tienen en Vitoria y los primeros 39 alumnos y cinco alumnas de ese grado, que mezcla las ingenierías informáticas e industrial, empiezan ya a bregarse con las tecnologías que emergen de la cuarta revolución industrial. Profesores y alumnos están seguros de lograr una empleabilidad del 100%, casi con toda seguridad en las mismas empresas en las que realicen la formación práctica.
Ane Sanchiz tiene 19 años y dejó una ingeniería técnica industrial para meterse de cabeza en la primera promoción del grado que combina la formación académica con un contrato de trabajo en empresas colaboradoras: «Todas las asignaturas van centradas en lo que vas a hacer, aquí tocas la fábrica, el producto, aplicas las asignaturas, estoy encantada».
La carrera facilita el acceso a la universidad tanto de los alumnos de ciclos superiores de FP como a quienes vienen del Bachillerato y será de cuatro años para los alumnos de Bachillerato, y de uno menos para los de grado superior de FP al convalidar varias asignaturas. Tras el éxito de esta alternativa dual con más de un 95% de empleabilidad en las ramas profesionales, la Universidad pública vasca, y las privadas, Deusto y Mondragón, se han animado este curso a ofertar quince grados universitarios y siete másteres reconocidos como formación dual. De momento son una veintena las empresas alavesas las que colaboran con Deusto y Egibide, frente a las 1.122 empresas vascas que, solo en el curso pasado se comprometieron con el programa de FPen el que participaron 1.913 alumnos de 97 centros formativos públicos, privados y concertados, de los 40.000 matriculados en FP en Euskadi.
En el caso del grado universitario que se imparte en Álava, una provincia con un impacto de la industria en el PIB del 30%, el listado de las empresas colaboradoras incluye a algunas de las más relevantes, como Mercedes, Michelin, Vidrala, Bahco, Deusto Sistemas, Valliant, Guardian, Zayer, Lantek, Pferd, RPK, Segula, SMC, y Tubacex, entre otras. Todas ellas recibirán en sus plantas a los futuros graduados en Industria Digital. A partir del segundo curso realizarán 20 horas en la empresa y 12 en la universidad. El tercer año pueden internacionalizarse, es decir, seguir la formación en las sedes en el extranjero de las empresas que colaboran.
El coordinador de la formación dual del grado, Jon Vadillo explica que este modelo «te hace estar muy cerca de las necesidades de las empresas y eso redunda en una mayor coincidencia entre la demanda de perfiles profesionales y la oferta formativa». Xabier López, director de formación profesional de Egibide, concluye que «esto lleva al alumno a salir trabajando y casi con toda probabilidad, en la misma empresa en la que ha estado contratado durante el periodo de formación».
El título cuesta 8.000 euros anuales, igual que el resto de grados de Ingeniería que imparte Deusto, pero a diferencia de los estrictamente teóricos el alumno tiene dos maneras de financiarlo. Este primer curso, en el que todavía no entran a las empresas, dispone de becas de la Fundación Vital, de entre 2.000 y 3.000 euros, en función de la renta, y se pueden complementar con otras del Gobierno vasco, pero a partir del segundo año el contrato que les hace la empresa, -en torno al Salario Mínimo Interprofesional-, les da para cubrir el coste. «Se trata de ofrecer al mercado laboral unos perfiles nuevos mezcla de ingeniería industrial e informática que no existen y que son demandados. Pero además podemos modificar los proyectos casi on time, para adaptarnos a las necesidades empresariales», explica el coordinador del grado, Jonatan Ruiz de Garibay.
Álvaro Husillos, de 42 años, hizo una ingeniería industrial en 2003 y se apuntó porque «quería reciclarse». No le importa acabar con 46 años. «Me gusta mucho lo que estoy aprendiendo», afirma. Álvaro observa junto a Unai Gibello, de 27 años y a Aritz Ibáñez, de 22, la cadena inteligente de producción en la fábrica digital que tienen en los bajos de su centro de estudios, en Arriaga y que incorpora sistemas de visión artificial, un cobot -un robot colaborativo- y en la que pueden desde programar el producto, hasta manipular los componentes, y fijar y modificar la logística, manejando aplicaciones de realidad aumentada y sistemas ciber-físicos. Ibáñez realizó un grado medio de electricidad y un superior de FP en robótica. «Este es como la guinda», dice mientras manipula una cámara de visión artificial. «Yo dejé de trabajar para incorporarme a este grado universitario», explica Unai. Tras hacer un grado superior de FP en telecomunicaciones en 2014 estaba trabajando, pero no se lo pensó: «Me están lloviendo muchos palos y hay que esforzarse mucho, pero merece mucho la pena», reafirma con la cabeza.
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