La Fundación Bertelsmann tiene en marcha un proyecto para que los estudiantes de FP se formen a la vez en el centro educativo y en una empresa

Para iniciar un cambio, lo importante es el impulso. Y esa es precisamente la razón de ser de la Fundación Bertelsmann, impulsar cambios sociales positivos, liderando procesos de reforma y desarrollando proyectos innovadores en ámbitos culturales, sociales, políticos, económicos y educativos. “Detectamos retos sociales, buscamos soluciones, las probamos en proyectos piloto e intentamos poner en marcha la maquinaria para que se produzca un cambio a largo plazo -explica Clara Bassols, directora de la fundación-. Cuando vemos que empieza a moverse la rueda, damos un paso atrás y buscamos un nuevo reto”.

Presente en España desde 1995, su origen se remonta a 1977, cuando Reinhard Monn, un empresario alemán de vocación innovadora y espíritu inconformista, decidió fundar la Bertelsmann Stiftung y contribuir a la transformación de la sociedad. Su vínculo con España -con largas estancias en la localidad mallorquina de L’Alcudia- propició la creación de una filial en nuestro país, filial que lleva 25 años desarrollando proyectos sociales.

“En los primeros 10 años (1995-2005), dedicamos nuestros esfuerzos a fomentar el interés por la lectura entre niños y jóvenes, así como a mejorar el sistema de bibliotecas públicas -continúa Bassols-. A continuación, pusimos el foco en la responsabilidad cívica y de participación dentro de la sociedad, sacando adelante proyectos como las Fundaciones Cívicas o la Nueva Cultura Empresarial. Y en 2014 decidimos volcar todos nuestros esfuerzos en el empleo juvenil”.

Desempleo y abandono escolar

El contexto político, económico y social demandaba entonces iniciativas de este tipo: la crisis había disparado tanto las cifras de desempleo juvenil (49%) como de abandono escolar temprano (más del 20% en menores de 25 años), y las perspectivas de mejora eran más que improbables. Si la Fundación Bertelsmann buscaba un reto, ahí lo tenía: “Contribuir a la mejora de la formación y empleabilidad de los jóvenes a través de procesos de reforma en los sistemas educativos. Así es como nació el plan ‘Por el empleo juvenil’, al que estamos completamente entregados”.

Este plan tiene dos grandes patas: el proyecto Alianza para la Formación Profesional Dual, y el Proyecto de Orientación Profesional Coordinada. Con el primero se pretende contribuir a difundir y desarrollar una FP Dual de calidad en España. Se trata, nos explica Bassols, “de una modalidad de FP en la que el estudiante se forma tanto en el centro educativo como en la empresa, en donde además pone en práctica lo que ha aprendido mediante el trabajo. De esta manera, consigue aprender las competencias que demanda el mercado, y lo hace en un entorno real, no simulado. Normalmente se le retribuye, y cuando acaba la formación sus posibilidades de encontrar trabajo son mucho más altas”.

Los alumnos que se forman en las empresas consiguen aprender las competencias que demanda el mercado

A partir de este modelo, la Fundación ha impulsado la Alianza para la FP Dual, una red de empresas, centros educativos e instituciones comprometidos con una FP de calidad, y que en estos momentos ya cuenta con más de 1.200 miembros. “Para que se pueda dar este modelo de formación hace falta encontrar parejas: cada empresa debe contar al menos con un centro educativo, y viceversa. Deben unirse y trabajar coordinadamente. Además, lo que el joven aprenda tendrá un valor curricular, porque la empresa tiene la obligación de formar al estudiante. Y este dispondrá, al término de su educación, de muchas más oportunidades; de hecho, lo más normal es que la empresa quiera seguir contando con él, ya que lo ha formado desde el principio y lo conoce bien”.

La segunda pata del plan ‘Por el empleo juvenil’ es el Proyecto de Orientación Profesional Coordinada, centrado en apoyar a las escuelas en su función de preparar a los alumnos para tomar decisiones sobre su futuro profesional. “La orientación desempeña un papel fundamental para que los centros puedan preparar a los estudiantes para el mundo adulto, y conviene hacerlo ya desde la etapa escolar, de forma que, cuando los jóvenes tengan que tomar decisiones relevantes para su futuro, lo puedan hacer con criterio y reflexión. En nuestro proyecto asumimos este reto para jóvenes de entre 14 y 18 años, pero consideramos esencial una buena orientación ya desde la primaria, porque es la forma de desmontar, por ejemplo, los estereotipos de género”.

La fundación apoya a las escuelas en su función de preparar a los alumnos en la toma de decisiones del futuro

Para apoyar esta orientación de calidad, la Fundación Bertelsmann ha impulsado el modelo Xcelence, que, inspirado en buenas prácticas internacionales, ofrece un marco de referencia para ayudar a los centros a implementar mejoras en sus sistemas de orientación. “Por una parte, define los diez ámbitos que deberían incluirse en una orientación profesional completa y de calidad en los centros; por otra, ofrece un instrumento de autoevaluación que permite a los centros ver dónde están y en qué ámbitos hay margen de mejora, y pone a su disposición un mapa de recursos con los cuales iniciar ese proceso de mejora”.

En cuanto a su financiación, la fundación en España “se sustenta fundamentalmente con los recursos que nos aporta la casa matriz, la Bertelsmann Stiftung; pero muy a menudo colaboramos en nuestros proyectos con otros socios, que nos aportan su tiempo, sus recursos y, en muchas ocasiones, también cofinancian determinados productos o actividades”, concluye.

Fuente de la noticia: https://www.elconfidencial.com/