Este organismo ha publicado un informe en el que aboga por una reindustrialización orientada a las transiciones ‘verde’ y digital.

La recuperación económica de Europa es también una oportunidad para construir una economía apoyada en las dos grandes fuerzas que conformarán el mundo del futuro: la transición ‘verde’ y la digitalización. Es una oportunidad -¿la última?- para construir una Europa más sostenible y resiliente.

En este contexto, el sector industrial está llamado a jugar un papel protagonista. El Viejo Continente espera aprovechar la ganancia de eficiencia que aporta la digitalización para reforzar su industria. Pero esa reindustrialización se apoyará no solamente en criterios de competitividad, sino también de sostenibilidad ambiental y social. Nacerá así lo que la Comisión Europea ha bautizado como “Industria 5.0”.

 

Precisamente, Bruselas acaba de publicar un informe que dibuja las líneas maestras de la futura Industria 5.0 europea. En su introducción, la comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel, señala “el poder de la industria para lograr objetivos sociales más allá del empleo y el crecimiento, para convertirse en un proveedor resiliente de prosperidad, haciendo que la producción respete los límites de nuestro planeta y colocando el bienestar del trabajador de la industria en el centro del proceso de producción”.

Innovación: la única alternativa

Entre 2009 y 2019, la industria representó alrededor del 20% del PIB de la UE, con la fabricación, en particular, agregando alrededor del 14,5% del valor de la economía de la Unión.

Un sector fuerte pero que se enfrenta a desafíos constantes. Así, la Comisión Europea reconoce que la industria de la UE “es muy competitiva, pero opera en una economía globalizada cada vez más compleja. Es un exportador sólido, pero está expuesto a un panorama geopolítico que cambia rápidamente. Es eficiente y rentable, pero vulnerable a los altibajos en las cadenas de valor largas”.

La innovación es el único camino para hacer de la Industria 5.0 en Europa un sector más sólido. En este sentido, el documento señala que “al innovar, la industria europea puede mejorar aun más su eficiencia en diferentes lugares de la cadena de valor, aumentar la flexibilidad de sus sistemas de producción para satisfacer las demandas rápidamente cambiantes del consumidor global y seguir siendo una referencia mundial de calidad”.

Enfoque humano

Para el organismo europeo, «un enfoque puramente impulsado por las ganancias se ha vuelto cada vez más insostenible. En un mundo globalizado, un enfoque limitado en las ganancias no tiene en cuenta correctamente los costos y beneficios ambientales y sociales».

Asimismo, recalca que para que «la industria se convierta en proveedora de verdadera prosperidad, la definición de su verdadero propósito debe incluir consideraciones sociales, ambientales y sociales».

Y entre estas consideraciones puntualiza que hay que incluir «la innovación responsable, no solo o principalmente dirigida a aumentar la rentabilidad o maximizar las ganancias, sino también a aumentar la prosperidad para todos los involucrados: inversionistas, trabajadores, consumidores, sociedad y el medio ambiente».

Así, la CE defiende que en lugar de situar la tecnología emergente como punto de partida y examinar su potencial para aumentar la eficiencia, el enfoque de la Industria 5.0 esté centrado en el ser humano, poniendo las necesidades e intereses humanos fundamentales en el centro del proceso de producción.

«En lugar de preguntarnos qué podemos hacer con la nueva tecnología, preguntamos qué puede hacer la tecnología por nosotros. En lugar de pedirle al trabajador de la industria que adapte sus habilidades a las necesidades de la tecnología en rápida evolución, queremos usar la tecnología para adaptar el proceso de producción a las necesidades del trabajador, por ejemplo, para guiarlo y capacitarlo».

Esta estrategia más social y humana, apunta el citado informe, también nos permitirá «asegurar que el uso de nuevas tecnologías no atente contra los derechos fundamentales de los trabajadores, como el derecho a la privacidad, la autonomía y la dignidad humana».

Sostenibilidad y resiliencia

La sostenibilidad es otro de los requisitos básicos de esa nueva industria. Como señalan, «para que la industria respete los límites planetarios, debe ser sostenible. Necesita desarrollar procesos circulares que reutilicen, reutilicen y reciclen los recursos naturales, reduzcan los desechos y el impacto ambiental».

Sostenibilidad que se traduce en acciones para reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, evitar el agotamiento y degradación de los recursos naturales y garantizar las necesidades de las generaciones actuales sin poner en peligro las necesidades de las generaciones futuras.

La resiliencia es otra de las demandas a la nueva industria que se está definiendo. Para la Comisión Europea, es esencial «desarrollar un mayor grado de robustez en la producción industrial, armándola mejor contra las interrupciones y asegurándose de que pueda proporcionar y respaldar la infraestructura crítica en tiempos de crisis».

«Los cambios geopolíticos y las crisis naturales, como la pandemia de la Covid-19, destacan la fragilidad de nuestro enfoque actual de la producción globalizada».

Por lo que apunta que esto «debe equilibrarse mediante el desarrollo de cadenas de valor estratégicas suficientemente resilientes, capacidad de producción adaptable y procesos comerciales flexibles, especialmente cuando las cadenas de valor satisfacen necesidades humanas básicas, como la atención médica o la seguridad».

En definitiva, la Industria 5.0 que propone la Comisión Europea reconoce el poder de la industria para lograr objetivos sociales más allá del empleo y el crecimiento para convertirse en un proveedor resiliente de prosperidad, haciendo que la producción respete los límites de nuestro planeta y colocando el bienestar del trabajador de la industria en el centro del proceso de producción.

«La sostenibilidad, el enfoque humano y la resiliencia son las características distintivas de la Industria 5.0. No consideramos estas características simplemente deseables, pero creemos que son necesarias para que la industria europea siga siendo relevante, competitiva y apta para el futuro».

Por lo tanto, añade, «cuando preguntamos cómo podemos hacer realidad la Industria 5.0, nos preguntamos cómo la política europea puede proporcionar las condiciones propicias para que la industria se prepare e innove para el futuro», afirman.

Una pregunta a la que, según el propio informe, la política europea ya está dando respuestas con acciones la sensibilización en la industria y de los principales interlocutores sociales europeos, la implementación de las tecnologías necesarias o el proyecto Horizon Europe.

«Estamos al comienzo de esta transición. El éxito depende del compromiso y la acción más amplios posibles de todas las partes interesadas», es el llamamiento de Mariya Gabriel para que esa Industria 5.0 sea una realidad.

Fuente de la noticia: https://elespanol.com