Prestar mayor interés a la innovación no tecnológica es uno de los objetivos del mmento en Euskdi, que va a hacer que seamos más competitivos y productivos.
La Comisión Europea sitúa a Euskadi entre las regiones de alta innovación, describiéndola como un polo de excelencia regional y superando a la media de la Unión Europea.
Todo un respaldo al trabajo de los últimos años. ¿Lo considera así?
Viene a reconocer que hemos hecho un esfuerzo muy importante toda la sociedad vasca en general, aunque es verdad que desde la Administración Pública nos toca, por una parte, poner a disposición los recursos suficientes para que se desarrolle la I+D, y al mismo tiempo, tenemos la obligación de trabajar con el sector privado para que, de alguna manera, esos recursos de I+D+i sirvan de engrase y lleguen a la parte empresarial, es decir, que exista un efecto transformador.
La innovación entendida más allá de lo puramente tecnológico.
Por supuesto, no solamente hay que tener en cuenta lo tecnológico, sino también los aspectos organizativos, de comercialización, de marketing… No hay duda que, el reconocimiento de la Comisión Europa ha sido una inyección de optimismo para continuar trabajando en este camino pero todavía tenemos muchos aspectos que mejorar y, desde luego, lo tenemos que hacer conjuntamente, administraciones públicas, sector privado y todas las personas implicadas en este ámbito de trabajo.
La innovación al alcance de todas las áreas organizativas del tejido empresarial.
Es imprescindible que actuemos en esa línea en Euskadi, ya que es uno de nuestros puntos más débiles. Euskadi siempre se ha caracterizado por realizar inversiones tecnológicas, incluso destaca en la transferencia de la tecnología de nuestros centros tecnológicos y universidades hacía productos y servicios que se ponen en el mercado. Sin embargo, a todo lo relacionado con la innovación no tecnológica no le hemos prestado la misma atención.
Entonces, ¿ha llegado el momento de volcarnos en la innovación no tecnológica?
Sí. Tenemos un amplio margen de mejora en este apartado, y volcarnos en ello va a hacer que seamos mucho más competitivos y productivos y que, incluso, abramos nuevas líneas de negocio y de actuación, como por ejemplo, la Eco Innovación, saber cómo preparar un producto para que sea absolutamente reciclable, o en relación a las relaciones personales dentro de las organizaciones, conseguir una mayor implicación y orden… Todo eso, también es innovación.
Desde el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, el cual dirige, se está trabajando mucho para promover la innovación en el tejido productivo.
Tenemos unos programas muy importantes, siempre focalizados a conseguir que aquello sobre lo que se está investigando en las organizaciones vascas, tenga su impacto, lo más rápido posible, en la producción y desarrollo de nuevos productos o servicios. Es decir, que seamos capaces de sacarle el máximo rendimiento, desde el punto de vista empresarial, a aquello en lo que estamos investigando. Todos los recursos que ponemos a su disposición tienen que llegar al tejido productivo, sea del tipo que sea. En Euskadi nos va la vida en ello.
El presupuesto del Departamento tiene en cuenta este matiz.
Así es. El incremento que hemos ido obteniendo en el Departamento a lo largo de estos años ha ido encaminado a ello. Este año nos acercamos al 10% de incremento en recursos en esos programas más tradicionales pero en los que además, se va a optar por mejorar infraestructuras, por trasladar el concepto de edificación de Industria 4.0 a las pymes, o asociar las grandes empresas con pequeñas startups que ayuden a mejorar los procesos de innovación. Son una pequeña muestra de algunas de las actuaciones en los que está focalizado el Departamento.
¿Es el camino a seguir para mantener los niveles de alta innovación?
Sí, pero no podemos olvidarnos de que el resto de países también están corriendo en la misma carrera y si nosotros no somos capaces de ir a la velocidad suficiente, por mucho que corramos, nos vamos a quedar atrás. Es cierto que los datos nos sitúan bien pero no podemos bajar la guardia, tenemos que seguir invirtiendo y acertando dónde invertir, siendo conscientes de que nuestras capacidades industriales y tecnológicas nos tienen que permitir transformar la economía y hacer que Euskadi tenga una economía de futuro bien posicionada en el mundo.
Las pymes o micropymes también van a desarrollar un papel importante en esta carrera hacia la puesta en marcha de procesos innovadores.
Efectivamente. Cuando hablamos de micropymes nos referimos a pequeños negocios con 4 o 5 trabajadores que están introduciendo mejoras en sus formas de trabajar. Eso también es innovar.
¿Cuentan con recursos para poder hacer frente a los cambios que necesitan para afrontar los nuevos procesos de trabajo?
Sin duda, tanto la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque, como los propios centros de Formación Profesional o Tknika desarrollan una gran labor de apoyo a todas estas micropymes. Los recursos, tanto públicos como privados existen pero, en ocasiones, no somos capaces de trasmitirles a esas pequeñas empresas el camino que tienen que seguir para llegar a ellos.
El proyecto Hazinnova es un ejemplo de apoyo a las micropymes que llega de la mano de su Departamento.
Tiene como objetivo ayudar a las empresas a poner en marcha pequeñas innovaciones en sus organizaciones. Es de carácter anual, y acabamos de repartir los diplomas que acreditan quiénes han estado trabajando en introducir procesos innovadores en sus actividades diarias.
¿Esfuerzos que obtienen resultados?
Por supuesto, por eso hay que animar a todas esas micropymes a que comiencen por ese camino, que seguro que les llevará a obtener resultados, y en el futuro, a poder recurrir a los grandes programas de innovación.
¿Qué puede aportar este esfuerzo al tejido empresarial?
Fundamentalmente es importantísimo saber para qué incorporamos a nuestro tejido productivo procesos de innovación. Tenemos que tener claro que con ellos se mejora y se consiguen mejores resultados.
La innovación a todas las escalas y sin recelos.
Innovación es sinónimo de transformación, transformar las formas de hacer. Es verdad que todos y todas estamos acostumbrados a hacer las cosas de una determinada manera y cuando tenemos que cambiar, sentimos una sensación de incomodidad. Pero hay que ver cómo, a veces, haciendo las cosas de otra manera, se obtienen mejores resultados. En cuanto a la pregunta, eso sí, la innovación debe llegar a todos los niveles, no sólo al tejido productivo, también a las administraciones.
La implantación de tecnología implica prestar más atención a la ciberseguridad. ¿Se está dando esa tendencia?
Muchas veces no nos damos cuenta de todos los canales que tenemos abiertos, canales por donde pueden atacarnos y estropear todo lo que tenemos.
¿Están sufriendo las empresas vascas muchos ataques informáticos?
Sí, se están dando casos pero tenemos la suerte de que al ser un país pequeño no sufrimos tantos.
¿Deberían integrar más seguridad las organizaciones?
La ciberseguridad debería de estar integrada dentro de nuestras formas de hacer. Tiene que existir una concienciación de los riesgos que corremos.
La pandemia provocó la aceleración de la puesta en marcha de nuevas maneras de proceder, digitalización, cambios en las relaciones a la hora de hacer negocios y un largo etcétera. En la mayoría de los casos sirvieron de mucho pero, ¿es momento de valorar las cosas con más calma y mejorar en algunos casos?
Sin duda. En marzo de 2020, básicamente hicimos lo que pudimos y con los medios que teníamos. Y fuimos capaces de seguir adelante con los colegios, universidades o trabajos porque teníamos infraestructura para ello. Pero evidentemente, hay que mejorar el modelo.
La pandemia ha traído muchos cambios, de tendencias, hábitos…
Uno de ellos ha sido el de la venta a distancia, que se ha disparado. Nuestro comercio local se reinventó con la pandemia, haciendo cosas que hasta el momento ni se les había ocurrido a los comerciantes. Ahora, si bien hay que continuar por esa senda, también hay que mejorar.
La digitalización se impuso pero ahora hay que trabajar en su buen uso.
La digitalización es mucho más que eso y pasa porque en nuestras empresas las cosas se hagan de forma diferente, y afecta tanto al trabajo de las personas como de maquinaría, de conexiones, energético…
Además de acelerar la digitalización, ¿qué más nos ha hecho ver la pandemia?
Nos ha dejado varias lecciones. El sector de la salud, sin duda, ha sido uno de los protagonistas. Otra de las evidencias es que somos globales y por ello llegó tan rápidamente la pandemia.
¿La falta de suministro de ciertos dispositivos también ha sido una consecuencia?
Es una consecuencia post-pandemia motivada porque muchos procesos productivos se fueron al Sur de Asia y ahora hay productos que escasean en Europa. Esta es otra lección, hemos aprendido de que es importante tener suficientemente cerca ciertos eslabones de la cadena de suministro para que nunca te fallen.
En esta salida de la pandemia, ¿la innovación es el motor para la reactivación económica?
Sin duda. Si no utilizamos todos los recursos que tenemos de innovación y de transferencia de tecnología para esa transformación economía no vamos a mantener el tejido industrial que tenemos. Somos todos muy conscientes de eso e, incluso, la propia Unión Europea pone en marcha recursos adicionales dentro de los Fondos Next para que la economía se transforme, no para hacer lo mismo que hacíamos antes.
Trasladado al tejido productivo vasco, ¿cómo va a afectar esta transformación?
Partiendo de los grandes sectores vascos como son el siderúrgico, de máquina herramienta o de automoción, probablemente las formas productivas variarán y esos cambios llegarán de la innovación. Además, esa nuevas formas provocarán nuevas oportunidades de crear empresa y empleo.
Por último, Vodafone DEIA Innovation Sariak, la consolidación de unos premios que reconocen el trabajo de la empresa vasca, pymes y, en esta edición también, de las startups. ¿Es importante darle valor a quienes se esfuerzan por ser cada vez más competitivos de la mano de la innovación?
Por supuesto, y además llega de la mano de una firma del sector de las telecomunicaciones como es Vodafone que ha tenido y va a seguir teniendo un papel imprescindible en la transformación de las comunicaciones para que todo el proceso de digitalización se lleve a cabo.
Fuente de la noticia: https://deia.eus/