CES dice que, con la recuperación, «vuelven a aparecer defectos» del mercado vasco como temporalidad o brecha de género

Advierte de que «hay más salida de titulados superiores que entrada» y «urge al debate» sobre el sostenimiento del sistema de pensiones

El Consejo Económico y Social vasco (CES) considera que 2017 ha sido «un año positivo» para Euskadi, si bien advierte de que, con la recuperación económica, están «volviendo a aparecer defectos estructurales» del mercado de trabajo como «la brecha» entre hombres y mujeres y la «temporalidad» como «marca distintiva». Además, insta a abordar «desde múltiples visiones» la situación demográfica, donde destaca que «hay más salida de titulados superiores que entrada».

El presidente del CES, Francisco José Huidobro, y el presidente y la secretaria de la Comisión Socioeconómica, Jon Barrutia y Arantza Unzurruzaga, han presentado este martes en Bilbao la ‘Memoria Socioeconómica 2017’, que fue aprobada el pasado 29 de junio por el pleno del Consejo y presentada en la primera semana de julio al lehendakari, Iñigo Urkullu, y a la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria.

El documento concluye que 2017 ha sido «un año positivo económicamente hablando» ya que, por tercer año consecutivo, la actividad económica de Euskadi se ha incrementado y este crecimiento ha tenido reflejo en un aumento del empleo y, en consecuencia, en una reducción de la tasa de desempleo.

No obstante, advierte de que persisten «pequeñas alertas» como la «enorme dependencia» energética de la Comunidad Autónoma Vasca, que, en palabras de Jon Barrutia, hace que «la coyuntura económica favorable sea débil en cuanto que depende bastante de la propia dinámica de los precios del petróleo». Por ello, el CES apuesta por «un cambio de modelo energético con una mayor dependencia y sostenibilidad medioambiental que potencie el ahorro y la eficiencia energética».

También señala que los sectores con «un dinamismo importante» son la industria y los servicios. En este último caso, el Consejo considera que su evolución es «excesivamente tradicional» y, en este sentido, indica que sería «más interesante ahondar un poco más» en ramas como la cultura, los servicios ligados a sanidad y educación, y los servicios intensivos a empresas en conocimientos ya que «son los que nos van a traer mayor competitividad, mayor fuente de empleo y mayor calidad en el empleo».

Asimismo, valora los «esfuerzos» que se realizan en I+D+i, que «sigue siendo una estrategia de país» que se consolida pese a «las dificultades y los retrocesos» durante la crisis, si bien recomienda hacer «más énfasis» en la transferencia de conocimiento y anima a que el tejido socioproductivo sea «más valiente» a la hora de «asumir riesgos innovadores».

Entre los elementos que «preocupan» al CES, se encuentra el «excesivamente reducido» tamaño de las empresas vascas, que hace que «las estrategias de innovación e internacionalización tengan sus límites». Por ello, reitera la importancia de «paliar ese déficit» con estrategias de colaboración y alianzas entre empresas.

El Consejo Económico y Social vasco resalta que, con la recuperación económica, «están volviendo a aparecer, de forma estructural, ciertos defectos» del mercado de trabajo, entre los que cita la cronificación de los parados mayores de 45 años y «la apertura otra vez de brechas salariales» entre hombres y mujeres que se habían reducido durante los años de crisis porque hubo «una cierta equiparación, pero para mal».

A este aspecto se suma el «predominio» de la temporalidad, que ha sido «la marca distintiva de nuestro mercado de trabajo» pese a que el ritmo de crecimiento de los contratos indefinidos en 2017 ha sido «importante». Esta temporalidad, ha advertido Jon Barrutia, en ocasiones va acompañada de «una parcialidad no deseada». Esta situación, según recoge el informe, afecta en mayor medida a las mujeres.

En materia laboral, CES propone también políticas específicas dirigidas a jóvenes con mayores dificultades de inserción laboral y destaca la importancia de la prevención de riesgos laborales «rigurosa» que mejore la incidencia de la siniestralidad, que en 2017 «aumentó nuevamente, salvo los accidentes mortales».

«PREOCUPANTE» SITUACIÓN DEMOGRÁFICA

Por otro lado, la Memoria de 2017 alerta de la «preocupante» situación demográfica de Euskadi, con «una población envejecida y tasas aceleradas de envejecimiento». Según indica, por cuarto año consecutivo, la diferencia entre nacimientos y defunciones ha sido negativa, aunque el aumento de la población de origen extranjero por tercer año consecutivo ha compensado el saldo vegetativo.

En el apartado de movimientos migratorios, los responsables del CES perciben «cambios cualitativos importantes», entre los que destacan el hecho de que «hay más salida de titulados superiores que entrada».

El Consejo advierte de que «la intensificación de estas alteraciones demográficas podría cambiar la composición cualitativa de la estructura poblacional, así como las bases de su dinamismo». Por ello, recomienda «hacer frente desde múltiples políticas y visiones».

A su entender, Euskadi invierte «mucho y bien» en Educación, aunque alerta de la «importante segmentación» por género tanto en la Formación Profesional como en los estudios universitarios. También subraya que es necesaria «una mayor educación en valores» y el «cuestionamiento del sexismo» desde las edades más tempranas.

Asimismo, el Consejo apuesta por «mantener el esfuerzo para potenciar» las ramas profesionales de FP más demandas por el mercado laboral.

El CES valora el sistema de protección vasco, «muy completo» y «líder» en el Estado, y destaca que Euskadi tiene tasas de desigualdad equiparables a las sociedades europeas más avanzadas. «El esfuerzo del conjunto del conjunto de la sociedad en su cohesión es altamente relevante», ha apuntado el responsable que la comisión que elabora el estudio.

El informe indica que la tasa de población en riesgo de pobreza y exclusión ha caído 1,7 puntos, con mejoras en todos sus ámbitos, que han aumentado las rentas medias y se han reducido la pobreza energética y las dificultades para llegar a fin de mes. No obstante, recuerda que «las mejoras aún no han llevado a recuperar todo el bienestar perdido por efecto de las crisis».

RGI Y PENSIONES

En 2017, según señala el CES, se ha producido por primera vez un descenso en el gasto del sistema de garantía de ingresos y una reducción de perceptores de la RGI. Sin embargo, advierte de que se están produciendo cambios entre las personas beneficiarias, de manera que se está pasando de perceptores en desempleo a personas que tienen trabajo o son pensionistas y «tienen que acudir como complemento a las ayudas».

En esta línea, expresa su preocupación por el «creciente saldo deficitario» del sistema de pensiones en Euskadi y señala que «urge el debate por parte de las administraciones y agentes sociales sobre los mecanismos precisos para sus sostenimiento».

El CES apunta, por otro lado, que la población vasca presenta «indicadores de buena salud» y advierte de que el aumento de la esperanza de vida conlleva una extensión del gasto sociosanitario y de la dependencia», ante el que recomienda «intensificar la concienciación ciudadana sobre la prevención y la autonomía personal, así como mejorar las medidas en el ámbito de la conciliación de la vida laboral y familiar».

El Consejo llama la atención sobre los hábitos relativos al consumo de alcohol ya que Euskadi registra la segunda mayor tasa de consumo del Estado entre los hombres y la más elevada entre las mujeres.

Finalmente, el informe analiza la situación en materia de vivienda, en la que apuesta por la rehabilitación del parque de vivienda existente y la puesta en el mercado de una mayor oferta de alquiler protegido. En opinión del CES, intensificar las políticas de alquiler es «especialmente necesario» para fomentar la emancipación de los jóvenes y afrontar el envejecimiento de la población.

Fuente de la noticia: europapress